lunes, 16 de enero de 2017

ELLOS Y NOSOTROS



ELLOS Y NOSOTROS

Pues sí, me siento superior. Qué quieren que les diga. No me identifico, para nada, con las élites económicas y políticas de este o cualquier otro país. Yo no tengo dinero, posesiones, poder, es decir, soy un “pringado”. ¡Que gran honor! No ser una persona de éxito, un triunfador, un “winner”. Mejor así. Sí, me he vuelto loco.

Vosotros no tenéis lo que tenemos nosotros: la felicidad, la independencia, la libertad, la autonomía, el ser uno mismo. Ese saber vivir –hasta donde se puede- que nos permite estar medianamente –o mucho- satisfechos aunque esa pretensión nunca acabe. Pero tampoco sufrimos en exceso. No buscamos como único fin lo que simplemente debería ser un medio: tener. No necesitamos ocupar ese vacío existencial con cosas. No nos sentimos interiormente miserables. Y para ello no necesitamos hacer miserables a otros. Nos basta con realizar la tarea, el quehacer –que diría Ortega- más importante en nosotros: nuestra vida. Solo la nuestra,  y no necesitamos destrozar la de otro para ello. Solo ocuparnos de nuestra vida y de nuestra circunstancia, ambas indisolubles partes del yo.  Algo tan simple y tan grandioso como estar a gusto con uno mismo. Ahora lo llaman autoestima o, como se decía antes, amor propio. Pensar en nosotros y lo que nos importa para superarnos, mejorarnos, vivir. Estar por encima de lo que algunos digan maliciosamente, por encima de vuestra mezquindad, mediocridad y complejidades de inferioridad. Tendréis dinero pero os falta lo más vital.

Ya sé, diréis que me autoengaño, que me consuelo ante mi vida fracasada. Que no tener dinero y poder es ser un fracasado. La gente no te “respeta” tanto. “A ti lo que te pasa es que tienes envidia”.  En la antigüedad era mejor ser dios que mortal. Pero algunos piensan que no era así porque los dioses envidiaban a los humanos. Sí. Envidiaban nuestra mortalidad. Nosotros vivimos; ellos solo “existen”. Vivir es sinónimo de cambio. Los dioses no pueden cambiar. Han sido, son y serán siempre ya todo. Su venganza consistía en hacernos sufrir. Seres inferiores. Los ricos no viven, simplemente van sufriendo por un deseo jamás satisfecho. Acomplejados, no empáticos (antipáticos, etimológicamente hablando). Enfermos, su “pathos”, sus emociones están desequilibradas. Algunos hasta psicópatas (“pathos” otra vez).  ¿Cómo conseguir esa falta de humanidad? Con lo que se pueda comprar, con cosas pero no saben hacerlo con relaciones humanas saludables. Han dejado a las personas por debajo. No te hacen rico y poderoso. Más bien son un estorbo.

Sí, mandáis. Decidís cómo hemos de vivir los demás. Decidís las leyes aunque nos hagáis creer que lo hacemos nosotros. Qué pensar, qué comprar, cómo vivir, qué metas tener, qué es lo correcto. Pero algunos resistimos. O eso creemos. Y ese placer de desmarcarse, de miraros con ironía y aires de superioridad no se puede comprar. Es un privilegio irrenunciable e inconquistable. Jamás nos lo arrebataréis. Sabemos disfrutar de lo que J.M. Serrat llamó “aquéllas pequeñas cosas”, esas cosas para las cuales estáis completamente ciegos y no podréis pagar ninguna “operación” que os las permita ver. Pobres desgraciados.

Para que no digáis –que me importa poco- que soy un clasista decir que está claro que hay gente no rica que también es así. Mezquinos, mediocres, envidiosos, insatisfechos. Solo que no han conseguido ser ricos y poderosos. Esos sí son unos fracasados por partida doble.

Así que ya basta de sentirnos mal –al que le pase-. Digámoslo a los cuatro vientos: somos mejores. Sin complejos. No es discriminación: es una realidad. No es soberbia, no es falta de humildad. Ese es un invento de los poderosos para que no se te ocurriera compararte con ellos. Ya está bien. ¿Qué tiene de malo sentirte orgulloso de lo que sí eres? Sí serías un fanfarrón si lo hicieses con lo que no tienes o eres. El orgullo de ser buena persona. Sí. Ya está bien de que cuando oímos lo de “buena persona” parezca algo ridículo. Para Platón llegar a conseguir ser buena persona, saber lo que es el Bien, era la cima más alta para la inteligencia. El mayor reto.

Resistamos al presión social, a la ideología del “number one”, al sueño americano, al winner frente al looser. Sí, número uno pero no en la lista Forbes.  Número uno donde muchos pueden ser el número uno. No es exclusivo. No necesito números dos, tres para yo ser el número uno porque me comparo conmigo y no necesito negar para afirmarme yo como hacen los nacionalismos. Sin necesidad de distinguirme, sin necesidad de aceptación, sin necesidad de buscar la felicidad en la compra interminable de cosas, consumismo que hace ricos a esos miserables.

Somos poderosos. Tenemos el poder real, no ese poder que da el dinero. Tenemos el poder de ser señores de nosotros mismos.  ¡No nos dejemos vencer! Somos mejores, sin duda. ¡Pobres poderosos que solo tienen poder! Lástima.

martes, 29 de noviembre de 2016

VALORES ÉTICOS. LA FELICIDAD. 4º ESO



LIBROS RECOMENDADOS. LA DOCTRINA DEL SHOCK. NAOMI KLEIN

La doctrina del shock es la historia no oficial del libre mercado. Desde Chile hasta Rusia, desde Sudáfrica hasta Canadá la implantación del libre mercado responde a un programa de ingeniería social y económica que Naomi Klein identifica como «capitalismo del desastre».Tras una investigación de cuatro años, Klein explora el mito según el cual el mercado libre y global triunfó democráticamente, y que el capitalismo sin restricciones va de la mano de la democracia. Por el contrario, Klein sostiene que ese capitalismo utiliza constantemente la violencia, el choque, y pone al descubierto los hilos que mueven las marionetas tras los acontecimientos más críticos de las últimas cuatro décadas.Klein demuestra que el capitalismo emplea constantemente la violencia, el terrorismo contra el individuo y la sociedad. Lejos de ser el camino hacia la libertad, se aprovecha de las crisis para introducir impopulares medidas de choque económico, a menudo acompañadas de otras forma de shock no tan metafóricas: el golpe de la prra de los policías, las torturas con electroshocks o la picana en las celdas de las cárceles.En este relato apasionante, narrado con pulso firme, Klein repasa la historia mundial reciente (de la dictadura de Pinochet a la reconstrucción de Beirut; del Katrina al tsunami; del 11-S al 11-M, para dar la palabra a un único protagonista: las diezmadas poblaciones civiles sometidas a la voracidad despiadada de los nuevos dueños del mundo, el conglomerado industrial, comercial y gubernamental para quien los desastres, las guerras y la inseguridad del ciudadano son el siniestro combustible de la economía del shock.

martes, 15 de noviembre de 2016

viernes, 11 de noviembre de 2016

VALORES ÉTICOS. CAMINO A LA ESCUELA

Trabajos realizados por los alumnos y alumnas de 2º de ESO sobre las dificultades que tienen los chicos y chicas de algunos países para poder ir a la escuela y aún así lo hacen con ilusión y esperanza.




jueves, 7 de abril de 2016

¿Qué pasaría si la Tierra fuera plana? (1ª Parte)


 ¿Qué pasaría si la Tierra fuera plana? (1ª Parte): Hace unos días me llegó un e-mail de un tal “Dani .” (así tal cual) que preguntaba: ¿Qué pasaría si la Tierra fuese plana? Como mientras escribía la entrada he visto que el asunto se es…

FILOSOFÍA. ¿Qué pasaría si la Tierra fuera plana? (2ª Parte)


¿Qué pasaría si la Tierra fuera plana? (2ª Parte): Es posible que estas últimas semanas os hayáis topado con la “polémica” absurda del rapero que dice que la Tierra es plana y la respuesta del astrofísico Neil DeGrasse Tyson. Además, ha…

miércoles, 6 de abril de 2016

FILOSOFÍA - Mentira la verdad - La Naturaleza

FILOSOFÍA - Escena de Ágora (2009) - Hipatia explica el geocentrismo de Aristóteles

FILOSOFÍA - Escena de Ágora (2009) - Hipatia y sus alumnos hablan del Heliocentrismo.

F

FILOSOFÍA - Escena de Ágora (2009) - Hipatia descubre el movimiento elíptico de la T...

FILOSOFÍA - ¿Qué es la Física Cuántica? -- Física Cuántica para todos (1/4)

FILOSOFÍA - Objetos en 2 lugares al mismo tiempo -- Física Cuántica para todos (2/4)

FILOSOFÍA - Mecanica cuantica: el gato de Schrodinger

FILOSOFÍA - La Teoría de la Relatividad en COSMOS de Carl Sagan (1 de 2)

FILOSOFÍA - La Teoría de la Relatividad en COSMOS de Carl Sagan (2 de 2)

FILOSOFÍA - Redes Fisica cuántica (La incertidumbre del universo cuantico) Eduard Pu...

FILOSOFÍA - Isaac Newton - La gravedad - Física

jueves, 18 de febrero de 2016

jueves, 28 de enero de 2016

FILOSOFÍA. Mitos, Nutrición y Cáncer

FILOSOFÍA. filosofía en 8 bits. heidegger. está la tecnología matando la creatividad?

FILOSOFÍA. filosofía en 8 bits. KANT. pensamos como computadoras?

FILOSOFÍA. ¿Qué es la Física Cuántica? -- Física Cuántica para todos (1/4)

FILOSOFÍA. Ghana tratada como el basurero de resuidos electrónicos

Órbita Laika 08 - El archivo del misterio: El horóscopo

Órbita Laika 11 - El archivo del misterio: ¿Qué es la homeopatía? ¿Funci...

jueves, 19 de noviembre de 2015

LIBROS RECOMENDADOS. EL PELIGRO DE CREER. LUIS ALFONSO GÁMEZ

Bulos, falsas creencias, medicina alternativa... La desinformación sigue campando a sus anchas en un mundo en el que la aparente verosimilitud parece seguir ganándole la batalla a la razón y a la ciencia en muchos casos. Lo irracional sigue siendo demasiado atractivo (¿a quién no le gustaría poder comunicarse con el M ás Allá o poder anticipar el futuro?) y hace que dejemos a un lado el pensamiento crítico y nos dejemos llevar. Y eso es tremendamente peligroso. Engañarnos, o que nos engañen, puede poner en riesgo nuestra salud, nuestras finanzas, nuestro bienestar e incluso nuestra propia vida (piensa en un genio como Steve Jobs y en como su fe en supuestas terapias milagrosas le hizo perder un tiempo precioso en su lucha contra el cáncer). Detrás de cualquier esquina acecha todo tipo de estafadores dispuestos a sacar partido de nuestros momentos de debilidad y aprovecharse de nuestra ingenuidad o de nuestra tendencia a querer creer

LIBROS RECOMENDADOS. EJEMPLARIDAD PÚBLICA. JAVIER GOMÁ

«Con el título Ejemplaridad pública, Gomá anuncia su próximo libro, que conjeturo tan sugerente, penetrante y seriamente pensado como los anteriores, sin merma de la estimulante juvenilidad de su pensamiento.» Javier Muguerza, Babelia «Un hombre cuya formación lo convierte en una espléndida rareza dentro d el ámbito del nuevo pensamiento español.» ABC «Un pensador en alza.» El MundoEl autor es Premio Nacional de Ensayo, y el lanzamiento de este libro contará con una amplia cobertura de ámbito nacional.La responsabilidad del ejemplo concierne a todos los hombres por igual, pues vivimos en una red de influencias mutuas de la que no podemos escapar. Pero es indudable que esa responsabilidad pesa especialmente en las personas públicas. La nueva ejemplaridad que propone Gomá constituye al hombre en ciudadano, es fuente de moralidad social y favorece la democracia

LIBROS RECOMENDADOS. CRÓNICAS MARCIANAS. RAY BRADBURY

Ediciones Minotauro cumple 60 años y lo celebramos con esta edición especial del primer libro que publicamos, en agosto de 1955: Crónicas Marcianas, de Ray Bradbury. Esta colección de relatos recoge la crónica de la colonización de Marte por parte de una humanidad que huye de un mundo al borde de la destrucción. Los colo nos llevan consigo sus deseos más íntimos y el sueño de reproducir en el Planeta Rojo una civilización de perritos calientes, cómodos sofás y limonada en el porche al atardecer. Pero su equipaje incluye también los miedos ancestrales, que se traducen en odio a lo diferente, y las enfermedades que diezmarán a los marcianos. Conforme a su concepción de lo que debe ser la ciencia ficción, Bradbury se traslada al futuro para iluminar el presente y explorar la naturaleza humana

LIBROS RECOMENDADOS. MATAR A UN RUISEÑOR. HARPER LEE

«Disparad a todos los arrendajos azules que queráis, si podéis acertarles, pero recordad que es un pecado matar a un ruiseñor». Este es el consejo que da a sus hijos un abogado que está defendiendo al verdadero ruiseñor del clásico de Harper Lee: un hombre de color acusado de violar a una joven blanca. Desde la mirada de Jem y Scout Finch, Harper Lee explora con humor y una honestidad insobornable la actitud irracional que en cuestiones de raza y clase social tenían los adultos del Sur profundo en los años treinta. La conciencia de una ciudad impregnada de prejuicios, violencia e hipocresía se enfrenta con la fortaleza y el heroísmo silencioso de un hombre que lucha por la justicia. Matar a un ruiseñor, galardonado con múltiples reconocimientos desde su publicación original en 1960, se presenta ahora en una nueva traducción. Esta novela ganadora del Premio Pulitzer ha sido traducida a más de cuarenta idiomas, ha vendido más de cuarenta millones de ejemplares en todo el mundo y ha dado lugar a una popular película

LIBROS RECOMENDADOS. NUEVA VISITA A UN MUNDO FELIZ. A. HUXLEY

Un mundo feliz es posiblemente la novela más leída de Huxley, y su influencia es evidente tanto en buena parte de la novela de ciencia ficción de calidad como en las novelas filosóficas. Presenta un mundo en el que el Estado controla hasta el más mínimo detalle de la vida de los individuos, a los que mantiene en una ignoran cia, producto de un depurado lavado de cerebro. Nueva visita a un mundo feliz es la obra que años después escribió Husley analizando su propia novela y juzgando en qué se había equivocado y, sobre todo, en qué había acertado al detectar tendencias sociales y políticas que amenazaban a la cultura humanística y a la libertad del ser humano. Dos textos que se complementan y enriquecen mutuamente, además de una invitación a la reflexión sobre el destino de la humanidad.

LIBROS RECOMENDADOS. LOS ENGAÑOS DE LA MENTE. S.L. MACKNIK Y S. MARTÍNEZ-CONDE

Cucharas que se doblan sin tocarlas, sillas que desaparecen ante nuestros ojos... Está claro, los espectáculos de magia juegan con nuestra mente. Pero ¿cómo? Stephen Macknik y Susana Martínez-Conde han convencido a un selecto grupo de magos para que les permitan estudiar algunas de sus técnicas, revelar sus secretos e inves tigar las implicaciones de sus descubrimientos en el campo de la neurociencia. «Un libro sobre la magia del cerebro que nos ayuda a entender el teatro de la vida.»

LIBROS RECOMENDADOS. EL EFECTO LUCIFER. PHILLIP ZIMBARDO (EL EXPERIMENTO DE LA CÁRCEL DE STANDFORD)

¿Somos capaces de lo peor? ¿Por qué una persona buena es capaz de hacer el mal? Zimbardo, de manera brillante, nos enseña la cara más oscura del ser humano mostrándonos como esclavos de las fuerzas situacionales”. (Mirín López, Librería de Barcelona C.C. Splau ) ¿Qué hace que u na buena persona actúe con maldad? ¿Cómo se puede seducir a una persona moral para que actúe de manera inmoral? ¿Dónde está la línea que separa el bien del mal y quién corre el peligro de cruzarla? El renombrado psicólogo social Philip Zimbardo conoce el cómo y la multitud de porqués de nuestra vulnerabilidad al atractivo que ejerce «el lado oscuro».

jueves, 5 de noviembre de 2015

FILOSOFÍA. PSEUDOCIENCIA. EL ARCHIVO DEL MISTERIO. ÓRBITA LAIKA. EL REIKI




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FILOSOFÍA. PSEUDOCIENCIAS. EL ARCHIVO DEL MISTERIO. ÓRBITA LAIKA. TERAPIAS ALTERNATIVAS












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FILOSOFÍA. filosofía en 8 bits. descartes

FILOSOFÍA. filosofía en 8 bits. nietzsche

FILO

FILOSOFÍA. filosofía en 8 bits. platón

lunes, 26 de octubre de 2015

FILOSOFÍA. DISCURSO EMILIO LLEDÓ, PREMIO PRINCESA DE ASTURIAS 2015

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jueves, 24 de septiembre de 2015

FILOSOFÍA. El pecado político de querer ser como Dios (Andrés Carmona)

11:00 8 comments





“La serpiente era el más astuto de todos los animales del campo que Yahveh Dios había hecho. Y dijo a la mujer: «¿Cómo es que Dios os ha dicho: No comáis de ninguno de los árboles del jardín?». Respondió la mujer a la serpiente: «Podemos comer del fruto de los árboles del jardín. Mas del fruto del árbol que está en medio del jardín, ha dicho Dios: No comáis de él, ni lo toquéis, so pena de muerte.». Replicó la serpiente a la mujer: «De ninguna manera moriréis. Es que Dios sabe muy bien que el día en que comiereis de él, se os abrirán los ojos y seréis como dioses, conocedores del bien y del mal». Y como viese la mujer que el árbol era bueno para comer, apetecible a la vista y excelente para lograr sabiduría, tomó de su fruto y comió, y dio también a su marido, que igualmente comió. (…) A la mujer le dijo [Dios]: «Tantas haré tus fatigas cuantos sean tus embarazos: con dolor parirás los hijos. Hacia tu marido irá tu apetencia, y él te dominará». Al hombre le dijo: «Por haber escuchado la voz de tu mujer y comido del árbol del que yo te había prohibido comer, maldito sea el suelo por tu causa: con fatiga sacarás de él el alimento todos los días de tu vida. Espinas y abrojos te producirá, y comerás la hierba del campo. Con el sudor de tu rostro comerás el pan, hasta que vuelvas al suelo, pues de él fuiste tomado. Porque eres polvo y al polvo tornarás»”. (Génesis, 3: 1-6, 16-19).


El mito del pecado original es uno de los mitos fundacionales de las tres religiones del Libro (judaísmo, cristianismo e islam). En él se narra cuál fue ese pecado original y sus consecuencias. El pecado, desobedecer la orden de Dios: “Y Dios impuso al hombre este mandamiento: «De cualquier árbol del jardín puedes comer, mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás, porque el día que comieres de él, morirás sin remedio.» (Génesis 2, 16-17). Las consecuencias: el dolor y el sufrimiento. Para los hombres, trabajar fatigosamente para poder comer. Para las mujeres, parir con dolor.

El pensamiento conservador ha hecho de este mito una ley natural sancionada de modo divino: el trabajo debe ser duro y es el precio a pagar por la comida. Pablo de Tarso lo recuerda: “Si alguno no quiere trabajar, que tampoco coma” (2 Tesalonicenses 3, 10). De ahí a considerar la pereza como un vicio moral y un pecado capital hay un paso. Así como a considerar el sufrimiento como algo natural e irremediable, e incluso como una prueba divina, que hay que aceptar con resignación e incluso con cierta satisfacción. Por otro lado, resulta lógico en este esquema la condena de todo tipo de hedonismo o filosofía que aspire al placer, al ocio o a liberarse del dolor y el suplicio. Supondría una manera de querer escapar al designio divino y a la maldición que debe acompañar al ser humano todos los días de su vida.

En cuanto al pecado en sí, nótese que consiste en querer ser como Dios. Es decir, en rebelarse desde el estado dependiente y subordinado de criatura al estado independiente y horizontal de ser dioses. Si Adán y Eva fueran dioses, eso les colocaría a la misma altura de Dios y podrían mirarle cara a cara y tratarle de tú a tú en un plano de igualdad. Supondría salir del orden de la ley natural o divina para ponerse en el plano divino de creadores de esa ley: en vez de estar sometidos a ella, ser sus controladores. En vez de estar sometidos a una ley preestablecida del bien y del mal, de lo que es correcto e incorrecto, permitido y prohibido, colocarse en una situación de creadores de esa ley y poder decidir por sí mismos ese bien y mal: poder decidir de forma libre y autónoma el qué queremos sin someterse a la voluntad de otro (de Dios). Que no es sino otros de los pecados capitales: el orgullo y la soberbia. Lo contrario, la virtud, sería someterse a la ley divina o natural, aceptarla tal cual está establecida, y acomodarse a ella sin rechistar ni querer enmendarla. Como también dice Pablo de Tarso: “¡Oh hombre! Pero ¿quién eres tú para pedir cuentas a Dios? ¿Acaso la pieza de barro dirá a quien la modeló: «por qué me hiciste así»? O ¿es que el alfarero no es dueño de hacer de una misma masa unas vasijas para usos nobles y otras para usos despreciables?” (Romanos 9, 20-21).

Es interesante notar que este mito está relacionado, a su vez, con el mito precedente: el mito del Edén o del Paraíso perdido. Adán y Eva eran “felices” en el estado de “inocencia” previo al pecado original. Entrecomillo porque se trataba de una felicidad basada en la ignorancia, pues no otra cosa era esa inocencia: se supone que antes de querer ser como dioses todo iba bien, que no había dolor ni sufrimiento. Pero al querer ser como Dios y decidir por sí mismos aparecieron los males como consecuencia. Es decir, de no haber querido ser como dioses, y haberse sometido de forma acrítica a la ley divina o natural, todo habría ido bien.

Otro mito parecido, pero de la cultura griega, es el mito de Prometeo. En él, el papel de serpiente está representado por el propio Prometeo, el titán amigo de la humanidad y enemigo de los dioses, especialmente de Zeus, al que engaña varias veces en beneficio de los mortales. En una de ellas, Prometeo roba el fuego a los dioses y se lo regala a los seres humanos, de forma que estos ya no depende de la gracia divina para poder servirse de él. Por esto, Zeus lo condena a que lo encadenen en el Cáucaso a donde todos los días un águila acude a comerse su hígado que, como es inmortal, se le regenera de un día para otro y así su agonía se hace eterna. En cuanto a la humanidad, Zeus crea a una mujer, Pandora, la cual lleva consigo un ánfora con todos los males y que, al abrirla, condena a los seres humanos al dolor y al sufrimiento.

Como vemos, en ambos mitos los seres humanos dependen de los dioses y cometen el mismo pecado de acceder al conocimiento: saber cómo son las cosas y manejarlas, es decir, ser como dioses. Y en los dos, al obtener ese conocimiento vienen los males y las desgracias.

Podemos decir que la humanidad se ha dejado llevar por dos formas de entender estos mitos: por un lado, el pensamiento conservador que reniega de la ciencia y la tecnología como formas del pecado original y causas de calamidades. Es el pensamiento de que más vale no saber, ni mucho menos intervenir. Que lo mejor es dejar las cosas como están y apañarnos con lo que hay, siendo humildes y modestos, reconociendo nuestro lugar en el mundo y, sobre todo, sin querer ser como Dios. El otro tipo de pensamiento es el radicalmente opuesto, es el pensamiento prometeico o progresista. No solo es un pensamiento ateo sino impío: irreverente hacia los dioses. Los desdeña, los desafía. Se opone y se rebela a ellos porque quiere ser como ellos: quiere conocerlo todo, saberlo todo, y cambiarlo todo. Se rebela contra los dioses porque quiere ser como Dios: ser omnisciente y omnipotente como él.

Este pensamiento prometeico y pecaminoso es progresista porque está convencido de que la humanidad, por sí sola y sin ayuda de Dios (e incluso en contra de él) es capaz de avanzar y mejorarse a sí misma gracias a la ciencia (al conocimiento) y a la tecnología (la aplicación de ese conocimiento). Progresismo viene de progreso, de ir de lo peor a lo mejor, significa mejorar, perfeccionar. El conservadurismo es lo inverso: el mito del pecado original y del Edén perdido son incompatibles con el progreso. No se puede ir a mejor porque la humanidad ya estuvo en ese estado de perfección que era el Edén perdido. Y desde luego que la ciencia y la tecnología no nos hacen mejores sino que nos alejan más de ese estado de inocencia (ignorancia) ya que ellas fueron la causa de la caída. Cualquier cambio es a peor porque nos aleja del estado originario: si partimos de lo mejor, cualquier cambio es a peor.

El progresismo ha intentado retar a los dioses y mostrar que puede apañárselas bastante bien por sí mismo. Incluso más: que puede escapar a sus castigos y maldiciones. Especialmente el dolor y el sufrimiento. La ciencia y la tecnología no han hecho otra cosa que combatir las maldiciones divinas. El conocimiento científico de la realidad nos ha permitido tecnologías que nos liberan progresivamente del trabajo más penoso (del sudor de la frente) mediante la automatización y la robotización. Y gracias a la medicina científica y las tecnologías en el ámbito de la salud, hemos reducido a límites mínimos la mortalidad infantil y hemos aumentado la esperanza de vida. En unos siglos, hemos pasado de un escenario “natural” en el que la población se mantenía reducida con una alta mortalidad infantil y un máximo de 40 años, a otro más “artificial” en que la población se multiplica exponencialmente y la gente espera vivir más de los 80 años. Y donde los seres humanos pueden hacer cosas que se pensaban que eran exclusiva de dioses: volar, viajar a distancias inmensas, desplazarse a velocidades increíbles, explorar los cielos y el subsuelo, escudriñar lo inmensamente grande (las galaxias) y lo inmensamente pequeño (los átomos), controlar y erradicar las enfermedades, prever y reducir el impacto de las calamidades naturales (terremotos, inundaciones…).

Poco a poco hemos ido comiendo de más y más árboles de la ciencia y robándoles más fuego a los dioses, expulsándoles así de más y más dominios e independizándonos de ellos. Podemos explicarnos los cielos sin ellos perfectamente, de eso se ocupó la revolución científica desde Copérnico y Galileo. Sabemos explicarnos la vida como un fenómeno material más: de eso trató la química orgánica. Comprendemos el origen del universo y del ser humano como una especie evolucionada y en evolución. Y las neurociencias, al estudiar el cerebro, están eliminando el último mito que quedaba: el del alma y la espiritualidad. Al mismo tiempo, las biotecnologías están echando a los dioses de lo que antes era su reino absoluto sobre el control de la vida: comprendemos la química orgánica y la genética. Y somos capaces de intervenir en los genes y mejorar la especie humana.

Las biotecnologías son el último pecado al que por ahora se ha atrevido el progresismo prometeico e impío. Biotecnologías que nos permiten intervenir en lo que hasta ahora era el dominio inexpugnable de Dios o la naturaleza. Podemos cambiar genes, combinarlos, crear especies y organismos nuevos, clonarlos, mejorarlos. Podemos ser como Dios.

Frente a las biotecnologías y en su contra se alza el pensamiento conservador en dos formas distintas. Una es la tradicionalmente religiosa que tal cual califica la manipulación genética del pecado de querer ser dioses. Otra es el pensamiento naturalista o ecolátrico, de ecolatría: religión consistente en adorar a la naturaleza como si fuera un dios. Es la forma de religión subyacente a ciertos planteamientos “ecologistas” (autocalificados como tales, porque la Ecología como tal es una ciencia que no tiene nada que ver) que al típico estilo agorero y pesimista “profetiza” desastres y calamidades por jugar a ser dioses con la diosa naturaleza en vez de adorarla y obedecerla con un estilo de vida más humilde y “natural”. Y que, por supuesto, se opone rotundamente a las biotecnologías y tecnologías de mejora genética. Para ellos, Frankenstein no es solo una novela sino una premonición: la humanidad caerá víctima de su soberbia y de la creación de sus propios monstruos. Los alimentos cada vez serán más tóxicos por transgénicos, el aire más irrespirable por los chemstrail, y en el agua pulularán peces de tres ojos por los vertidos nucleares del señor Montgomery Burns. Ejércitos de hítleres clonados someterán a la humanidad a la esclavitud. Entonces nos acordaremos de aquellos profetas que vivían de acuerdo a la naturaleza, con sus gafa-pastas totalmente naturales recién cogidas de los árboles, y resonarán sus palabras en nuestras conciencias: “¡Principio de precaución, principio de precaución…!”.

Es curioso constatar, con perspectiva histórica, que cada vez que ha habido un avance científico o tecnológico importante, ya sea la agricultura, la escritura, la imprenta, la máquina de vapor, el ferrocarril, la electricidad, los coches, los aviones, internet o las biotecnologías, la que sea, siempre ha habido agoreros que han profetizado en su contra. Que han dicho: hasta aquí sí, pero no más. Quitando a primitivistas que plantean volver literalmente al “paraíso perdido” de los cazadores-recolectores, los agoreros de hoy en día no plantean ir hacia detrás, sino no avanzar hacia adelante. Consideran que, casualmente, la humanidad de su generación ya ha llegado al límite donde razonablemente se podía llegar en ciencia y tecnología y que hay que parar ya, justo en este momento. Que la generación justo anterior todavía no había llegado al máximo pero que ya no es bueno ir a más. Es decir, cada generación de agoreros ve bien las tecnologías que ella misma sabe manejar, pero piensa que las novedosas serán las que nos lleven al desastre. En su día fue el ferrocarril, que decían que acabaría con los sembrados y los alimentos, y ahora los mismos que claman contra los organismos transgénicos alaban el ferrocarril como medio de transporte limpio y sostenible. Estoy seguro que los agoreros de dentro de cien años vociferarán contra otras cosas, pero que estimarán como algo natural la manipulación y la mejora genética que para ellos será tan normal como para nosotros internet (o a lo mejor el avance ha sido tan grande que las valorarán como nosotros hoy día al telégrafo).

Hubo un tiempo que la izquierda era progresista: atea, impía e irreverente con la religión y la naturaleza. En vez de agachar la cabeza ante dioses y leyes la erguía orgullosa, aún a riesgo de que se la cortaran, y les miraba cara a cara. Frente al desconocimiento y el fracaso no decía: “Solo Dios sabe, eso no me corresponde, eso es mejor no saber ni tocar”. Al revés, decía: “Todavía no lo sé, pero lo sabré; aún no puedo dominarlo, pero lo dominaré”. De esta forma, la izquierda abrazó la causa revolucionaria de la Ilustración, la ciencia y la tecnología. Leer a Marx o a Bakunin son ejemplos de este tipo de izquierda progresista y revolucionaria.

Hoy día florece otra izquierda. Una que ha rechazado el progresismo y a Prometeo, y ha abrazado el romanticismo y el mito del Edén y del pecado original. Que adora a Dios en forma de Naturaleza y le presenta su pío respeto sin querer ser como Ella. Que prefiere que los niños mueran de difteria en el primer mundo, o de difteria, polio y malaria en el tercero, antes que hacer algo tan antinatural como vacunarlos. Que prefiere que los agricultores pobres pierdan cosechas enteras antes que modificar genéticamente el grano para hacerlo resistente a plagas. Que prefiere “salvar” a células-madres antes que investigar con ellas para salvar (sin comillas)  a personas reales. Que prefiere hablar de espiritualidad en vez de laicismo.

Este giro anti-ilustrado y anti-progresista de cierta izquierda, la izquierda posmoderna y new age, deja la ciencia y la tecnología totalmente a merced del neoliberalismo, de forma tal que parece que defender los avances y progresos científicos y tecnológicos es ser de derechas o que lo “progre” es ser ¡anti-progreso! De todas formas, esperemos que esta moda posmoderna, new agey hippie-guay pase pronto en la izquierda y las aguas vuelvan a su cauce ateo y prometeico, aunque a algunos ya se nos está haciendo demasiado pesada esta moda tan estúpida.

Andrés Carmona Campo. Licenciado en Filosofía y Antropología Social y Cultural. Profesor de Filosofía en un Instituto de Enseñanza Secundaria.