viernes, 29 de abril de 2011

FILOSOFÍA. KARL POPPER. CIENCIA Y PSEUDOCIENCIA.

Diferenciar entre ciencia y pseudociencia es difícil. De hecho, una persona que no se ha formado y leído al respecto puede encontrarse con dificultades a la hora de determinar si una práctica es científica o pseudocientífica. Ambas cosas han coexistido durante milenios, y en muchos casos han estado ligadas a las mismas personas. En la Antigua Roma, Ptolomeo, que posiblemente sea el científico más influyente que dejó el imperio, explicó la reflexión y refracción de la luz e inventó el sistema de latitud y longitud para pintar mapas, pero también fue la persona que definió el horóscopo y los doce signos del zodiaco.
Con el paso de los siglos, ciencias y pseudociencias se fueron separando. Uno de los ejemplos más claros de esta escisión la encontramos en el siglo XVII, cuando después de la revolución en la química de Robert Boyle, la ciencia abandonó la alquimia. Pero aún así, la ciencia no se podía desmarcar por completo de la pseudociencia, ya que nadie había escrito claramente cuáles eran las reglas del juego.

Karl Popper, uno de los filósofos por excelencia del siglo XX, escribió en 1934Logik der Forschung (La lógica de la investigación científica), el primer libro que exponía una diferencia clara entre lo que es una ciencia y lo que es una pseudociencia. Para Popper, la clave está en la falsabilidad y en el hecho de que las teorías científicas nunca pueden ser verificadas completamente.
El falsacionismo había sido descrito por David Hume dos siglos antes junto al verificacionismo. El verificacionismo exponía que ante una hipótesis se van añadiendo hechos observables que corroboren la hipótesis, de tal modo que muchos hechos observables terminan consolidando la hipótesis como teoría verificada. En cambio el falsacionismo al que recurre Popper, ante una hipótesis, busca hechos observables que puedan refutar la hipótesis, de tal modo que si no puede encontrarse ninguno que la refute se mantiene como teoría válida.
“No importa cuantos ejemplos de cisnes blancos hayamos podido observar, esto no justifica la conclusión de que todos los cisnes son blancos”
– Karl Popper
Popper escribió su libro tras observar dos grandes ideas propuestas décadas antes. Por un lado está el psicoanálisis de Sigmund Freud y por otro la teoría de la relatividad de Albert Einstein. Freud y todos sus seguidores, para sustentar el psicoanálisis habían recurrido al verificacionismo hasta extremos que cualquier comportamiento humano era una confirmación más que añadir a su teoría. Por la contra Einstein había recurrido al falsacionismo, prediciendo hechos que no eran contemplados por ninguna teoría anterior, como la desviación de la luz al verse sometida a un campo gravitatorio, y que de no haber sido comprobados en la primera observación su teoría habría sido refutada por completo.
La división establecida por Karl Popper no se puede considerar como definitiva, y de hecho aún a día de hoy no existe ningún criterio universal para establecer la diferenciación entre ciencias y pseudociencias, pero sí que supuso un comienzo para saber qué tenemos que pedir a una ciencia para poder llamarla así. Tras él, otros filósofos y científicos, como Richard Feynman, Mario Bunge, Ludwig Wittgenstein o Carl Sagan han escrito muchas otras pautas para determinar cómo identificar a las pseudociencias y ponerlas al otro lado de la línea divisiora entre lo científico y lo demás.
“El juego de la ciencia no tiene final. Aquel que decida un día que las hipótesis científicas no necesitan ninguna prueba más y que pueden ser admitidas como definitivamente verificadas, que se retire del juego”. –– Karl Popper

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